martes, 31 de marzo de 2009

dos varas de medir

Con el objetivo final de acabar con el absentismo, los empresarios y la Administración se han lanzado a la contratación de agentes privados para investigar las andanzas de trabajadores en situación de baja por enfermedad o accidente. Es tal el interés mostrado, que se publicita en TV a bombo y platillo, dando la sensación de que la corrupción está ubicada en el mundo del trabajo. Yo sigo pensando que aquel trabajador que comete un acto ilícito debe ser castigado de acuerdo con la ley. Ahora bien, ¿qué pasa con los empresarios, políticos, gestores, notarios, militares, autónomos, etc., que cometen irregularidades en su gestión?, ¿quién les vigila?, ¿contratamos los ciudadanos detectives privados para vigilarlos?, ¿es lícito?...
Hace unos días veíamos cómo el jefe de la oposición ponía el grito en el cielo porque su partido estaba siendo perseguido por un juez. Cuando se trata de altos cargos, directivos, empresarios, políticos, debes tener muchísimo cuidado para no ser denunciado por invadir el ámbito privado, es decir, eliminar el derecho de presunción de inocencia, si se trata de trabajadores o ciudadanos de a pie, se trata de erradicar el fraude por lo tanto no hay delito alguno.
El Estado de Derecho español sigue teniendo dos varas de medir: una, respetando el derecho a la presunción de inocencia para los que en la vida real cometen más fraudes, y otra para los que su única riqueza es aquella conseguida con su esfuerzo cada día.

lunes, 30 de marzo de 2009

austeridad

Siempre pensé que ser una persona austera significaba ser ahorrador, riguroso en el gasto, es decir, no despilfarrador. Pues bien, estaba equivocado. Una persona austera es aquella que se flagela, que se mortifica, sin tener en cuenta si eso de machacarse vivo le lleva al ahorro. Ahora que voy entendiendo lo que significa ser austero me viene a la memoria aquella figura alta, delgada, con paso firme y marcial, sin sonrisa, con cara de pocos amigos, proclive a la soledad, vestido siempre con la misma ropa, esa imagen es la que me fijaba el criterio de lo que era una persona austera.
No cabe duda de que con el tiempo esta palabra ha incorporado más acepciones que la han enriquecido, términos como solidaridad, gasto innecesario, esfuerzo en la consecución de los bienes, distribución de la riqueza, … Hoy la austeridad no es un concepto moral, es un compromiso ético, es una actitud frente a la vida, se puede ser rico y al mismo tiempo austero.
El cambio que está sufriendo esta sociedad tiene que ir encaminado hacia la austeridad, trabajar no para producir más y más productos innecesarios, se debe trabajar para la colectividad, para lograr que todas las personas tengan una vida digna, con acceso al agua potable, con acceso a la educación, a la sanidad, ese es el cambio, es el nuevo rumbo, el punto de mira del G20, todo lo que no se haga en esa dirección será una huida hacia ninguna parte.