viernes, 12 de diciembre de 2014

PARA CORRUPTOS ...NOSOTROS


PARA CORRUPTOS…, NOSOTROS

Imagínense una nación que no tiene sal común, es decir, cloruro de sodio, o sea, Na, sí, na de na. Aunque sí tiene bosques, minerales.., y algo de petróleo.

NOSOTROS sí tenemos sal , y mucha, es decir, abundante, y hemos pensado ir intercambiando la sal por madera noble, es decir, NOSOTROS vamos y talamos sus bosques y los traemos para hacer muebles y después se los intercambiamos por el uranio o el petróleo, o el Koltan, o el Wolframio…

También les ayudamos en la limpieza de sus bosques. Si al ir talando árboles encontramos alguna tribu que vive “salvajemente” en completa armonía con el medio, la fumigamos. También les ayudaremos a desterrar tradiciones, creencias, costumbres. Para ello utilizaremos nuestros impuestos (los fondos reservados, que ni Dios sabe para qué se emplean). Pongamos un ejemplo sencillo. 

Una de nuestras empresas que está explotando una mina de uranio, tiene dificultades para conseguir que los nativos entren en la mina a pecho descubierto y sin guantes. Muy sencillo, ante tal plante, nuestro gobierno soborna al gobierno de ese país y se declara esa mina de interés nacional, procurándole un estatus militar. El contrato para explotar esa mina se firma por doscientos años prorrogables y todos a dormir tranquilos.

Todo lo anterior se puede aplicar a cualquiera de las riquezas que tenga ese país, como la tierra, la tierra, sí, grandes extensiones de tierra para plantaciones de monocultivos a gran escala donde la fumigación con productos tóxicos no nos afecta a NOSOTROS.

Ven ustedes para lo que dan nuestros impuestos?. Realmente, para qué quieren ellos el wolfamio si no saben  transformarlo?. También hay que pensar qué sería de NOSOTROS si no pudiéramos tener esos recursos a precio de ganga.

                                                                                    Saludos Jorge B…

GLOSARIO

ellos: Nativos, indígenas, de piel distinta, salvajes, mimetizados con su entorno, con costumbres y tradiciones distintas a las nuestras.

NOSOTROS: Ciudadanos/as  de piel blanca, de religión judeo cristiana, amantes del imperio y conquistadores de otras tierras, algo piratas y soñadores.

 

INOCENCIA SUPINA


INOCENCI A  SUPINA

Que una multinacional tome la decisión de marcharse a otro país por razones económicas, es algo que está amparado por las leyes del mercado. 

Estamos viendo -desde los años sesenta y setenta-, que la deslocalización de empresas o también llamada “internacionalización del trabajo”, es la forma que tienen las empresas multinacionales de “forrarse” y chantajear a los gobiernos para que hagan reformas laborales que limiten los pocos derechos que tienen los trabajadores.

Hoy le toca al sector del aluminio, ayer fue el del textil, el siderúrgico, el cementero, el del vidrio,…… todos ellos pertenecientes al sector primario, es decir, elaboración de productos que consumen mucha energía , emplean mucha mano de obra y contaminan muchísimo, todo lo contrario de lo que cualquier sociedad civilizada o desarrollada  busca.

Estas empresas buscan paraísos fiscales y gobiernos títeres, donde puedan andar y hacer a sus anchas. Lo que le ocurre a España ahora, le ha ocurrido a países de nuestro entorno hace tiempo. El problema de España es que no ha sabido sustituir estas empresas por otras más modernas y actuales como las de “nuevas tecnologías”.

Intentar que estas empresas se queden en España al precio que sea, sería un error grave, es pan de hoy y hambre de mañana. Bajarles el precio de la energía, bajar o congelar salarios y hacer la vista gorda a sus vertidos, es algo mucho más grave que dejar sin trabajo a miles de trabajadores.

Lo que ocurre es que los países que han privatizado todo y que han dejado al Estado en los huesos, cuando llegan estos momentos, no hay capacidad para dar respuesta a estas maniobras empresariales.

Para los que piensan que lo privado es lo más eficiente y eficaz, la deslocalización de las empresas es una opción empresarial que atiende exclusivamente a intereses económicos. Para los que pensamos que el Estado debe garantizar el bienestar de los ciudadanos, la deslocalización es una opción especulativa.